lecto escritura
8 Lecto-escritura Enrique Contreras Martínez
Agregaduría de Educación Consulado de España
Los Angeles, CA Elena Marqueta Ruíz Second Street E. S. Los Angeles, USD, CA
Los especialistas en la didáctica de la lectoescritura prefieren hablar sobre procesos de aprendizaje más que sobre métodos de enseñanza. De modo sintético podemos decir que el proceso de aprendizaje lecto -escritor es más efectivo cuando somos capaces de insertar al niño en un ambiente rico en estímulos significativos que impliquen actividades de lectoescritura y que tiendan, también, a desarrollar el lenguaje oral del niño.
El aprendizaje de la lectura y la escritura van íntimamente ligados. Algunos niños empiezan a escribir antes de iniciarse en la lectura. Una vez que el niño compren de que cada letra tiene un sonido y que para escribir algo “ponemos” en el papel las palabras (sonidos) que estamos pensando o diciendo, comienza a ejecutar los primeros bocetos de escritura (aunque no se corresponda con lo que entendemos por escritura convencional). El aprendizaje y comprensión del código ortográfico ayuda al niño a iniciarse en la lectura, a decodificar, aunque no comprenda lo que lee. La comprensión y la rapidez lectora llegan de la mano de una práctica regular y sistemática, una vez que se ha iniciado el proceso de decodificación. En principio el castellano es un idioma que no presenta especiales problemas por ser una lengua fonética. Sin embargo, aprender a leer o escribir es para el niño de kinder, de primero o segundo grado, una tarea difícil y complicada. La base de la lectura y la escritura es el lenguaje hablado . No es ningún secreto que los niños que tienen mayor facilidad para comunicarse, más riqueza de vocabulario y fluidez, son los primeros que empiezan a leer. Brian Cambourne resumió las condiciones idóneas para el aprendizaje de una lengua. Son las mismas que deben darse en el aula para que el niño aprenda a leer y la escribir.
Las enumeramos a continuación para explicar los componentes mínimos de un programa de lecto -escritura en la escuela elemental.
I.- Inmersión Para que un niño aprenda a hablar tiene que estar inmerso en el lenguaje, tiene que oír a gente comunicarse y recibir ejemplos múltiples y variados de lenguaje oral. Del mismo modo, para aprender a leer y escribir, necesitará estar inmerso en actividades de lectura y escritura. Alguien tiene que leerle con regularidad. El profesor u otros adultos de su entorno tienen que servirle como modelos. De ellos aprenderá (por repetición) todos los comportamientos que exige el proceso de lectura. a.- Lectura silenciosa. Silent Sustained Reading (SSR), “Drop Everything and Read (DEAR). El tiempo de lectura silenciosa oscila entre los 10 minutos de kinder y los 30 minutos de 4º y 5º. En ellos, hacemos que el niño lea de forma ininterrumpida e independiente cualquier material que le guste, sin ninguna tipo 16 de “censura”. El profesor se encarga de proporcionarle variedades de lectura apropiada a su edad: poesía, prosa, caricaturas, revistas… Durante el tiempo de lectura silenciosa todos los adultos del aula, igual que el niño, tienen que leer algo que despierte realmente su interés. b.- Lectura en voz alta. (Read Aloud). Cada día, en diferentes ocasiones, debemos leer en voz alta procurando el disfrute del niño (la voz, la entonación y el contenido son elementos muy importantes que le ayudarán a internalizar los comportamientos de un buen lector e imitarlos). Cuanto queda dicho se hace extensible a la escritura.
El niño tiene que ver modelos. Debe estar rodeado de letra impresa: car teles, murales, libros, etiquetas, nombres... etc. Modelos múltiples de letra impresa que le lleven a la imitación. a.- Las noticias del día (News of the Day). Cada día, aunque el niño no sepa escribir por sí mismo, el profesor escribirá en un mural o en la pizarra una o dos noticias que el niño copiará. Luego las releerá con ayuda de los niños, enfatizando cómo la letra impresa expresa lo que se está verbalizado. Esta actividad nos sirve para ofrecerle al niño la escritura como modelo por el que verbaliza os el uso de letras, sílabas, palabras… El texto, una vez trabajado, puede servirnos para evaluar o reforzar lo enseñado. Cuando un niño es ya capaz de escribir por sí mismo, el profesor le ofrece cierta independencia y aprovecha para concentrarse en otros estudiantes. En grados superiores las noticias suelen ser reales, en grados bajos lo que pasa en la vida de los niños resulta más motivador. b.- La pregunta del día (Question of the Day ). Cada mañana el profesor escribe una pregunta, que variará de acuerd o al nivel e intereses de los estudiantes y a lo que se esté aprendiendo en clase. Los niños leen la pregunta con el profesor, y a lo largo del día se responderá a ella. Por ejemplo: ¿Qué número tiene 2 decenas y 5 unidades? ¿Por qué letra empieza tu nombr e? ¿Cuál es tu color favorito?… c.- Carteles con los poemas y canciones conocidos por los niños. Una vez que el niño conoce un texto, se concentrará en las letras y palabras y comenzará a memorizarlo. El profesor proporciona punteros de diferentes tamaños y formas para que el niño se pasee por la clase leyendo la letra impresa que hay por el salón.
II.- Demostración El niño es un observador e imitador de comportamientos. Este mecanismo que tanto le ayuda en su crecimiento y maduración, juega un papel funda mental en su aprendizaje de la lectura. Para poder empezar a leer, el niño no sólo tiene que aprender las letras y el sonido a que corresponden, sino aquellas estrategias y comportamientos que utiliza el lector cuando reproduce una palabra, una oración o un texto. A.- El profesor como modelo (Modeled Reading). Un lector se ayuda de las ilustraciones del texto. Un lector observa por qué sonido empieza la palabra y, a partir de ahí, busca apoyos para continuar. Un lector comprueba si la palabra que pensó era la correcta o necesita indagar más. Un lector piensa si lo que está leyendo tiene sentido. Un lector relee el texto para entenderlo y saber si lo que está leyendo tiene sentido. Todos estos comportamientos se los tenemos que enseñar al niño. Ninguna herramienta más adecuada que nuestro ejemplo al leer en voz alta, al mostrar los mecanismos que utilizamos para leer un texto… Lo mismo puede decirse de la escritura. El niño está aprendiendo un código que necesita ser practicado de forma constante y diaria. El profesor escenifica, reproduce lo que pasa por su cabeza cuando escribe, exterioriza los problemas que se le presentan y cómo se enfrenta a ellos. A.- El profesor como modelo (Modeled Writing). El profesor escribe enfrente de la clase, en el retroproyector, en una cartulina o en la pizarra y describe minuciosamente todo lo que hace, lo que piensa y las dificultades que encuentra (desde tachar una palabra y encontrar otra mejor, hasta decidir qué palabras va a utilizar, releer lo ya escrito para buscar el sentido, seguir escribiendo...) B.- L.E.A. (Language Experience Approach). El profesor pide la intervención de los estudiantes y ellos ofrecen el contenido de lo que se va a escribir. El profesor transcribe los pensamientos de sus estudiantes y escribe, sirviendo de nuevo como modelo.
III.- Expectativas Cualquier ser humano espera de un niño o niña recién nacido que hable. Tenemos unas expectativas previas de un comportamiento que va a producirse. La misma actitud debemos adoptar cuando nos enfrentar nos a la enseñanza/aprendizaje de la lectura y la escritura. Nuestra expectativa no puede ser otra que la del éxito y, para ello, nada mejor que hacer de este aprendizaje un hábito diario, una rutina interesante y divertida. Los estudiantes creen al profes or y si él espera de ellos grandes cosas, lo más probable es que las consigan. No debemos poner edad a la hora de leer y escribir. Hay niños de kindergarten que leen y escriben en diciembre. Nunca retrasemos el proceso de un estudiante que ha alcanzado ya su madurez lectora. NUNCA LIMITEMOS LA CAPACIDAD Y LAS EXPECTATIVAS DE NUESTROS ESTUDIANTES.
IV.- Responsabilidad Los niños necesitan tomar sus propias decisiones desde el inicio de ese proceso interminable que es el aprendizaje. Es éste un principio general que podemos aplicar a cualquier niño y a cualquier destreza y, muy particularmente, al aprendizaje de la lectura y la escritura. Tenemos que proporcionar a nuestros estudiantes un grado de autonomía que les permita tomar sus propias decisiones. La lect ura independiente y recreativa no sólo fomenta la independencia, la responsabilidad y la autoestima del estudiante, sino que le ayuda a interiorizar el proceso en el que está inmerso. Debe haber un tiempo, igualmente, en las actividades de escritura, en el que el profesor no maneje todo el aprendizaje y en el que el niño tenga la oportunidad de jugar con el lenguaje, creando sus propias palabras e historias de acuerdo a sus posibilidades.
V.- Uso Hay que integrar las actividades de lectura y escritura durante toda la jornada escolar. Repetimos: a leer y a escribir se aprende leyendo y escribiendo.
VI.- Respuesta Cuando un niño empieza a hablar le ofrecemos correcciones y respuestas adecuadas, que no le causan frustración. Son respuestas constructivas qu e van poco a poco mejorando su actuación como hablante. Lo mismo ha de suceder con la lectura y la escritura. No podemos dejar que un niño siga cometiendo los mismos errores una y otra vez, pero tampoco podemos frustrarlo y conseguir que no lo vuelva a intentar. Es ésta una línea delicada que como educadores debemos saber cruzar. Los estudiantes deben ver modelos de escritura convencional y ser capaces de apreciar sus avances. El niño debe conocer sus habilidades y apreciarlas, por más que no haya alcanzado el modelo convencional. Del mismo modo que no hay dos niños iguales, tampoco existen dos formas idénticas de aprender. Es importante que sepamos combinar actividades y métodos diversos para que el niño tenga más oportunidades de aprender.
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